No es una metáfora: ovejas, cerdos o ratones con corazón o partes del cerebro de hombres
La ciencia juega a la bioingeniería pero, ¿acaso coquetea con Frankenstein?
La ciencia juega a la bioingeniería pero, ¿acaso coquetea con Frankenstein?
En una granja a las afueras de la ciudad de apostadores de Reno, Nevada, un rebaño de 50 malolientes ovejas pastan tranquilamente sin saber que son parte humanos y llevan hígados, corazones y partes del cerebro de seres humanos.
Mientras tanto, de forma imperturbable, los investigadores de la Universidad de Nevada-Reno hablan de sus planes para eutanizar a una de las ovejas embarazadas para examinar las células humanas que le inyectaron al cerebro del feto un mes atrás.
Aunque este tipo de prácticas –que hace híbridos humanos-animales- parecerían poco éticas para algunas personas, entran perfectamente dentro la normatividad, es más, son promovidas para de esta forma probar fármacos experimentales y terapias de reemplazo de tejido antes de hacerlo en humanos.
Desde hace mucho tiempo los doctores ya han inyectado válvulas de cerdos en corazones humanos y células humanas a animales de laboratorio.
Pero ahora la mezcla biológica ha evolucionado a un nivel que recuerda las químeras griegas.
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