Agro Ingreso Seguro, el programa del Gobierno Colombiano que tiene entre
sus objetivos principales: "promover la productividad y competitividad,
REDUCIR LA DESIGUALDAD EN EL CAMPO y preparar al sector agropecuario para enfrentar el reto de la internacionalización de la economía" aplica grandes subsidios y entrega dinero a poderosos y privilegiados de nuestra sociedad.
Increíble método de nuestro Estado para alcanzar la necesitada REDUCCIÓN DE LA DESIGUALDAD en nuestra sociedad. Parece ser que dicha frase está consignada en este programa estatal, para adornar, nunca para ser determinante en la política agraria; o tal vez peor aún, algunos a lo mejor creen, que ayudándole a los poderosos, regalando dinero a los históricamente favorecidos, a los encomenderos de ayer y hoy, a los gamonales de nuestras regiones, nuestra sociedad se equilibrará. No se cual de las dos opciones sea peor, pero en virtud a las últimas explicaciones recibidas de parte del gobierno y de sus ex funcionarios, hoy precandidatos de plan B, creo que el actual Estado Colombiano está inmerso en la segunda, es decir, esta en estado de inconsciencia.
Mientras tanto muchos, cada vez más, esperamos un Estado consciente que promueva a los campesinos, a los pequeños y medianos productores agrícolas, a los pequeños y medianos empresarios; ansiamos un Estado que premie la producción ecológica, que subsidie la producción forestal con nativos, que proteja los bosques andinos y amazónicos, que propenda por la protección de la biodiversidad, que incentive la investigación de métodos alternativos de producción agropecuaria, que apoye la protección de las semillas ancestrales, que haga cumplir las normas ambientales que él mismo promulga, que haga respetar las normas de protección al consumidor que el mismo regula, que auxilie las industrias que procesan o generan valor agregado a partir de productos ecológicos, que impulse la investigación de vehículos o maquinas de energía eléctrica o de energía solar, que incentive el consumo de productos fabricados bajo sistemas que no afecten la naturaleza, que busque el desarrollo de energías alternativas amigables con la ecología, que estimule a los habitantes de los cordones de miseria de nuestras ciudades a retornar al campo y a reordenar su vida en otras formas de vida más humanas y sostenibles, que incite a un verdadero cambio en provecho de la Nación y la Humanidad.
En fin, esperamos con avidez que llegue por fin a nuestra patria el estado de conciencia, es decir, el sentimiento intimo del deber, la ciencia innata del bien y del mal.
sus objetivos principales: "promover la productividad y competitividad,
REDUCIR LA DESIGUALDAD EN EL CAMPO y preparar al sector agropecuario para enfrentar el reto de la internacionalización de la economía" aplica grandes subsidios y entrega dinero a poderosos y privilegiados de nuestra sociedad.
Increíble método de nuestro Estado para alcanzar la necesitada REDUCCIÓN DE LA DESIGUALDAD en nuestra sociedad. Parece ser que dicha frase está consignada en este programa estatal, para adornar, nunca para ser determinante en la política agraria; o tal vez peor aún, algunos a lo mejor creen, que ayudándole a los poderosos, regalando dinero a los históricamente favorecidos, a los encomenderos de ayer y hoy, a los gamonales de nuestras regiones, nuestra sociedad se equilibrará. No se cual de las dos opciones sea peor, pero en virtud a las últimas explicaciones recibidas de parte del gobierno y de sus ex funcionarios, hoy precandidatos de plan B, creo que el actual Estado Colombiano está inmerso en la segunda, es decir, esta en estado de inconsciencia.
Mientras tanto muchos, cada vez más, esperamos un Estado consciente que promueva a los campesinos, a los pequeños y medianos productores agrícolas, a los pequeños y medianos empresarios; ansiamos un Estado que premie la producción ecológica, que subsidie la producción forestal con nativos, que proteja los bosques andinos y amazónicos, que propenda por la protección de la biodiversidad, que incentive la investigación de métodos alternativos de producción agropecuaria, que apoye la protección de las semillas ancestrales, que haga cumplir las normas ambientales que él mismo promulga, que haga respetar las normas de protección al consumidor que el mismo regula, que auxilie las industrias que procesan o generan valor agregado a partir de productos ecológicos, que impulse la investigación de vehículos o maquinas de energía eléctrica o de energía solar, que incentive el consumo de productos fabricados bajo sistemas que no afecten la naturaleza, que busque el desarrollo de energías alternativas amigables con la ecología, que estimule a los habitantes de los cordones de miseria de nuestras ciudades a retornar al campo y a reordenar su vida en otras formas de vida más humanas y sostenibles, que incite a un verdadero cambio en provecho de la Nación y la Humanidad.
En fin, esperamos con avidez que llegue por fin a nuestra patria el estado de conciencia, es decir, el sentimiento intimo del deber, la ciencia innata del bien y del mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario